Las tendencias son un problema. Queremos llevarlas, pero a veces no van con nosotras, eliminan nuestra personalidad y lo peor es que muchas veces no nos sientan bien.
Gafas que no nos favorecen, pantalones que nos deforman, zapatos que nos destrozan, plumas que nos engordan y pinchos que nos arañan, y aun así los compramos y los llevamos. Recordándonos a nosotras mismas que son TENDENCIA ¡Hay que llevarlo!
Las GAFAS se encuentran en el top ten de la lista de las tendencias que nos hacen invisibles. En los últimos años no paran de salir nuevos diseños, a cada cual PEOR. Ahora salir a la calle es como subirte en el laberinto de los espejos. Sin mencionar el número de Steve Urkel que hay. Hay que ser coherentes y diferenciar entre lo que me queda bien y me gusta, y saber aceptar que aunque me guste es mejor que lo lleve mi amiga.
Pasamos a los PANTALONES. Talle alto, cortos ¡muy bonitos!, pero a veces somos como pequeñas morcillas repretadas en una malla. Sí, es cierto, se llevan, pero tal vez vayamos mejor con unos pantalones tres dedos más largos y algo más sueltos. Seguro que nos estilizará mejor la figura. Quien no se ha preguntado alguna vez ¿Braga o pantalón?
Los ABRIGOS de pelo largo nos hacen parecer el Yeti. Y en muchas ocasiones no abrigan y parecemos tres veces más grandes de lo que somos.


Los ZAPATOS que se ven los últimos días. Directamente creo que piensan que cualquier cosa que ellos decidan poner de moda nos lo pondremos.

Por último tenemos los PINCHOS. En las camisetas, bolsos, pantalones, anillos. Al principio como no sabían si tendrían éxito eran pequeños pero ahora como se venden son ENORMES. Quedas con los amigos y primero llega el pincho y luego nosotras. ¡ARAÑAMOS a la gente!

Seguir una tendencia no es malo, siempre y cuando de verdad te guste y no lo hagas por ir a la moda. Pero tenemos que darle nuestro toque y personalidad, sino al final dejamos de ser nosotras mismas para ser un rebaño. Invisibles entre la multitud.

Y sobre todo si no nos sienta bien y no nos termina de gustar no tenemos que llevarlo, ¡Qué sea una IT GIRL la vecina!