La isla sur de Nueva Zelanda fue, sin duda, mi parte favorita del viaje y sin duda sería la isla a la que más tiempo le dedicaría si volviese a ir.
Como ya os conté en mi artículo sobre cómo moverse entre islas. Nuestra primara parada fue Picton, donde realmente solo dormimos una noche y de aquí nos fuimos a unos de los lugares más maravillosos del mundo ^^.
Como ya os conté en otro de mis artículos sobre Australia, en particular, aquel en el que hablo sobre mi viaje a Byron Bay. Para mí, lo más increíble de estos países es la facilidad con la que puedes estar en contacto con animales que para mí siempre han sido «imposibles».
Kaikoura, el reino de las focas
Kaikoura fue nuestra primera parada oficial y para mí es obligatoria. Es el lugar perfecto para ver ballenas y focas de cerca. Si el tiempo te lo permite. Nosotros, como ya habéis podido comprobar, tuvimos mala suerte y el tiempo no nos acompañó a lo largo del viaje.
Al llegar a Kaikoura hacía muy mal tiempo y nuestra excursión para ver ballenas fue cancelada. La empresa nos devolvió el dinero sin problemas, pero por culpa del cambio de moneda nos devolvieron algo menos. Tened en cuenta este tipo cosas.
Pero, algo que nadie puede quitarte en Kaikoura, aunque haga mal tiempo, es tu visita a la colonia de focas.

No es tour, no es un zoo, no está masificado, es simplemente un lugar totalmente natural donde las focas descansan plácidamente. No verás una, ni dos, ni un pequeño grupo de 10. Diría que puedes ver más de un centenar de focas tumbadas en este rincón de Nueva Zelanda. ¡Es maravilloso!
Es increíble verlas tan de cerca: descansar, jugar, estornudar :D. Lo más increíble de todo es que es un lugar super tranquilo, no hay mucha gente. De verdad, no te lo pierdas. ¡Tienes que ir!
Nuestra idea era pasar el día entero en Kaikoura, dormir allí y continuar con nuestro viaje al día siguiente, pero como el tour para ver ballenas nos lo cancelaron decidimos cambiar de planes y visitar otro lugar. Así que, pusimos rumbo a Hammer Spings.
Hammer springs, un lugar para descansar
Hammer springs es un pequeño pueblo destinado al descanso y es ideal para disfrutar de un día de spa. Nosotros, en principio, no teníamos pensando hacer ningún tipo de actividad de este tipo como ya os conté en nuestra ruta por la isla norte, pero hubo cambio de planes.
Nosotros llegamos por la noche, así que nuestro objetivo era comer algo, relajarnos en las termas y dormir.
Visitamos las termas naturales por la noche y fue una experiencia increíble. Reconozco que no soy de tipo de personas que le apasionan meterse en un spa, pero esta experiencia merece la pena.
Si vas en invierno como yo, decirte que están al aire libre y tendrás que salir en bañador con un frío que pela. En agosto, al anochecer estábamos a 2 grados, así que hacía bastante frío. Pero ese cambio tan drástico de temperatura es lo que hace que sea tan agradable cambiar de una piscina a otra.
Como curiosidad Hammer Springs, en maorí, recibe el nombre de Te Whakatakanga o te Ngārahu o te ahi a Tamatea que significa «donde yacían las cenizas del fuego de Tamate»
Los lagos más populares de la isla sur
Nueva Zelanda cuenta con un montón de lagos y tendrás que decidir en cuales quieres parar porque te será imposible verlos todos. En la isla sur nosotros decidimos parar en dos de los más conocidos.
Lago Tekapo
El lago Tekapo fue uno de mis preferidos aunque es uno de los más turísticos, pero cuenta con una pista de patinaje a los pies de la montaña que no puedes perderte. Mientras patinas puedes ver el lago. ¡Mejores vistas imposible!
Tekapo Springs cuenta con diferentes actividades como el patinaje o spa. Nosotros como os he dicho decidimos patinar y nos costó 19 $NZ.
Muy cerca del lago se encuentra la Iglesia del Buen Pastor. Es una iglesia muy pequeña, pero muy popular, ya que mucha gente quiere celebrar su boda allí.
Como siempre, os agrego una curiosidad, me encantan las curiosidades. El nombre Tekapo en maorí significa «esterilla bajo el cielo». Lo que también significa que tiene que ser increíble verlo por la noche.

Lago Pukaki
De camino a nuestra siguiente parada decidimos parar en el lago Pukaki. Otra parada imprescindible. Cada parada que decidas hacer para disfrutar del paisaje, de la tranquilidad, de inmensidad verás que merece totalmente la pena.
El lago Pukaki es muy conocido por el color turquesas de sus aguas. Ese turquesa tan perfecto se debe a las partículas de flúor glaciar que yacen en las rocas del fondo. Además, desde el lago podrás ver el monte Cook.
Queenstown, la ciudad de los esquiadores
Yo esquiadora no soy, bastante que me mantengo en pie en unos patines, pero si te guste esquiar tienes que visitar Queenstown. Es un pueblo encantador, pequeño, lleno de gente, pero al mismo tiempo tranquilo. Es de esos lugares que tienen algo, no sabes el qué, pero es llegar y sentirte bien.
Dormir en el centro del pueblo no es muy caro, pero aparcar es tarea complicada. Nosotros tuvimos que aparcar en un aparcamiento de tierra que había bastante alejado, pero conseguir un ambiente agradable es lo que tiene. Hay pocos carriles y muchas zonas peatonales.
Las mejores hamburguesas en Queenstown
Si te encantan las hamburguesas tienes una parada obligatoria en esta ciudad. En Fergburger podrás comer las mejores hamburguesas de toda Nueva Zelanda, pero te advierto, tendrás que tener paciencia y mucha hambre.
No te asustes si al llegar está lleno de gente, es probable que también veas una cola enorme, pero es normal y siempre está así. El local es muy pequeño, así que casi todo el mundo está haciendo cola fuera. ¡Avanzan rápido!, no te preocupes.
Te aviso que las hamburguesas son enormes, así que el día que decidas ir, utiliza pantalón elástico y no comas mucho porque sino no podrás con este pequeño gran placer gastronómico.

Milford Sound, los fiordos neozelandeses
Desde Queenstown fuimos a otro de los lugares más increíbles y húmedos del mundo. Los fiordos neozelandeses. Creo que no hay palabras suficientes para describir un paisaje como este.
Como dato curioso, es considerado uno de los lugar más húmedos del mundo y el más húmedo en Nueva Zelanda.

Nosotros optamos por un paseo en barco para poder descubrir los fiordos. Habrá muchos momentos, por no decir el 90% de ellos, que cuando salgas fuera el barco este lloviendo, pero merece la pena. Simplemente llévate ropa adecuada para poder disfrutar de esta experiencia.
Durante tu paseo veras cascadas naturales que se van creando gracias a las numerosas lluvias, además entre la inmensidad de las montañas hay un relajante silencio que se interrumpe en ocasiones por el ruido del agua o de algunos animales.
El viaje en barco nos costó 75 $NZ por persona. Puede parecerte algo caro, pero no te arrepentirás de haberlo pagado.

Chrischurch
Desde Milford volvimos Queenstown donde pusimos rumbo a Chrischrurch. Esta ciudad fue nuestra última parada en un país completamente desconocido para mí antes de iniciar este bonito viaje.
Desde Chrischurch pusimos rumbo a Melbourne para luego llegar hasta Tailandia.